Intentando que sea inolvidable. (Privado Dizzy)

Los ojos color lila de Gakupo miraban ensimismados aquel hermoso lugar. Todo estaba lleno de vegetación, había niños corriendo por el parque, algunas hojas caían de las copas de los árboles, el día estaba soleado, radiante. Perfecto para una cita. Aunque claro, no era una cita en su totalidad, había quedado en aquel lugar con la dulce Maid de las alitas, para conocerse mejor y contratarla como sirvienta. Aunque detrás del contratarla se escondieran acciones mucho más oscuras. El era un íncubo, no iba a luchar contra su naturaleza, más al contrario, siempre había disfrutado de su naturaleza de íncubo.
Miró su reloj, la hora indicada, siempre le gustaba llegar pronto a las citas, solía tratar a las mujeres (y a los hombres) con mucha amabilidad y respeto. Había traído un pequeño regalo para su maid, un collar cuyo colgante era un corazón con alitas de ángel, esperaba que le gustase, solo faltaba que su pajarita llegara.
Aquel día se había dejado la melena suelta, la cual le llegaba poco más abajo de la cintura, llevaba puesto unos pantalones vaqueros marrones, una camisa blanca y una chaqueta americana de la misma tela que los pantalones, le gustaba como le quedaba el color marrón en contraste con su pelo de color lila.
Volvió a mirar su reloj esperando que ella llegara.

A los apurones se dirigia la joven Maid hacia la cita dicha por el incubo. La verdad era que se encontraba bastante nerviosa, pero se habia hecho de una fuerza casi sobre humana para no demostrarlo.
Llevaba un vestido de tirantes color negro con escote en la espalda, para que no resultara estorboso por sus alas y sandalias. Su inusual cola se movia en vaiven por el movimiento que su cuerpo generaba.

Estira el antebrazo, para poder ver aunque sea un poco de reojo la hora en el reloj, y por hacerlo tropieza, aunque no cayo, pero si se sintio apenada por el hecho.
Finalmente, logro ver a Gakupo de lejos, al hacerlo, dejo de correr. Se llevo la diestra al pecho mientras tomaba una bocanada de aire para luego exhalarlo lentamente.

Camino pues, con tranquilidad, acomodandose por unos instantes el cabello, el cual traia la mitad atado con unos listones, como usualmente lo usa.
Con una sonrisa radiente (y acentuada un poco mas por el leve maquillaje que llevaba) se acerco al incubo. -Buenas tardes señor gakupo. Se ve muy bien- Saludo, con un poco de nerviosismo -¿Le hice esperar demasiado?- Esperaba que no fuese de esa manera.

Gakupo vió como la pequeña Dizzy venía corriendo apresuradamente, llevaba un lindo vestido de tirantes, el cual le quedaba de maravilla. Al verle dejó de correr, se la veía bastante sofocada, cuando estuvieron a la altura ella le sonrió y le saludó.
-Solo un minuto- le dijo Gakupo sincero con una amplia sonrisa- pero no te preocupes, un minuto no es nada, coge aire, no quiero que mueras sofocada.- Gakupo acercó sus manos a su cabello para colocarle una de las cintas que llevaba algo torcida por culpa de la carrera.- Ya está- dijo cuando la puso en su sitio- has venido muy linda, te queda mejor que el traje de maid.- dijo señalando al vestido- ¿damos un paseo?- le tendió la mano para que se la cogiera, esperaba que así fuera. Gakupo era consciente de que era demasiado lanzado, mucha gente huía despavorida ante tal echo, aunque esta chica era bastante tímida aguantaba al Íncubo perfectamente.
-¿Donde te gustaría ir?
Gakupo fijó sus ojos color lila en los de Dizzy, anhelando una respuesta de la chica, sabía que estaba algo nerviosa, aunque trataba de disimularlo con bastante éxito. -Hay una heladería por aquí cerca ¿Te gustan los helados?

Solo un minuto... Que bueno, pensaba que en verdad habia llegado muy tarde, aunque ella misma observo la hora cuando se acercaba. Ante el gesto no pudo evitar dejar escapar una risa divertida aunque algo por lo bajo, en parte estaba apenada que el joven hubiera terminado de "arreglarla".

-¿He?- Caballeroso, habia que admitir. Timidamente la avecilla tomo la mano que el incubo le extendia -Me parece bien- Musito alegre. -A... A donde usted guste joven Gakupo estaria bien.- Realmente, no tenia idea de donde ir, pues tenia poco que salio del laboratorio, apenas el unico lugar que conocia era To The Sky.

-Aunque, eso suena bien ¿Podriamos ir entonces?- Cuestiona con un enorme gesto de inocencia, casi al punto de verse infantil.

Gakupo, complacido ante los gestos de Dizzy, la tomó suavemente de la mano y la condujo hasta un puesto de helados pequeño que había en aquel lugar. Por el camino la observaba, no parecía que supiese gran cosa del mundo, más bien parecía una niña descubriendo infinidad de cosas a su alrededor.
-Dime pequeña ¿Que es lo que te llevó a querer convertirte en Maid?- Le preguntó mientras le tendía la carta de los helados- pide el que quieras, invito yo- la sonrió.
Lo cierto es que la pequeña tori le parecía increíblemente linda, no quería liarla y que se le escapase como le solía pasar, muy a menudo su naturaleza de Incubo hacía que las personas huyeran despavoridas.
"Recuerda Gakupo, en la primera cita no se hacen esas cosas que a ti tanto te gustan"- Se dijo a si mismo.

Aquella pregunta si que le sorprendio, no obstante, disimulo muy bien su sorpresa con una sonrisa calida y tierna mientras que sus delgadas manos, tomaban la carta que el incubo le habia ofrecido. Mirandola, es como en parte desvia la mirada de la de Gakupo para que este no supiera la seriedad interna que acababa de generarse en la Tori debido a su pregunta.

-No queria vivir en donde residia antes- Comenzo, observando atentamente las descripciones de cada helado. -De manera que me ofreci de voluntaria para el proyecto de cambio genetico y trabajar en To The SKy es mas decente que Wonderland...- Verdad, ademas que el padre el cual era su unico amigo en aquel orfelinato se habria molestado en sobre manera al saber en que hubiese terminado trabajando... Era mejor servir en la cafeteria.

No juzgaba a la gente de Wonderland, cada quien toma sus propias descisiones y el destino se encarga de poner a cada quien sobre su camino, quiza algunos trabajan ahi por mala fortuna o suerte, o porque no tuvieron otra eleccion, quiza otros por gusto y placer, y Dizzy, respetaba eso.

-Este esta bien- Señalo con su indice la carta: Un helado de chocomenta, el hecho de probar algo que en la cafeteria no podia era sumamente atractiva -Pero me sentire mal si usted no pide algo tambien- Rio levemente por lo bajo.

-Si... bueno... los de Wonderland... no son muy... decentes.. - empezó a decir el Íncubo a la vez que exageraba una mueca pensativa- pero yo tampoco lo soy ¿Crees que estará bien servirme? Te voy a ser sincero querida niña-le empezó a explicar amablemente a la Tori- los íncubos tenemos unas necesidades, del tipo de necesidades que no se encuentran en la decencia. No pretendo asustarte y que huyas de mi lado... pero, has de saber, que tarde o temprano tendré otras intenciones contigo, diferentes a las de tomar un simple helado. Servirme conlleva la aceptación de eso también, es muy difícil para alguien de mis años contenerse mucho tiempo ¿Entiendes?
En el fondo Gakupo temía que aquella chica saliera corriendo de allí para no volver a verla, solo esperaba que entendiera su situación,
-¿Chocomenta? Está bien- Le sonrió- yo pediré uno de nata y fresas- comentó para pedirle al heladero la comanda.- Espero no haberte asustado Dizzy, pero prefiero ser sincero antes de que te puedas llevar alguna sorpresa desagradable que me haga sentir culpable durante meses.

Aquello sorprendio a la pobre avecilla, el sonrojo en su rostro no hizo de esperarse mientras le escuchaba, ya le habia dicho previamente en la cafeteria que el era un incubo no obstante no habia parado a pensar en las consecuencias que "acarreaba" aquello.

Asintio levemente, con algo de pena y nerviosismo... Suspiro para tranquilizarse. -Por mi no hay problema, si usted busca que le sirva de cualquiera manera, esta bien...-

Se acomomo un mechon de cabello tras la oreja, mirandole con timidez. Aunque fuese extraño, agradecia la sinceridad del mayor para con ella, eso era mejor, conocer de una vez las cosas a llevarse un disgusto de esa manera.

-Despues de todo para eso es para lo que se me ha "contratado" Si esa es la voluntad de mi señor entonces esta bien, yo respeto sus acciones y apoyo sus desiciones señor gakupo- No era que asi le hubiesen inculcado en To The Sky, recordemos que la chica apenas si tenia un dia de estar en el lugar cuando Gakupo le habia contratado... Era pensamiento propio, algo de lo que suelen carecer la mayoria de sus compañeros.