Cafe negro -Libre-

por **Vergil** Dom Jul 10, 2011 2:58 pm

Suspiro pesadamente mientras se dejaba caer de manera golpeada sobre uno de los asientos del maldito lugar. Estaba molesto, muy pocas veces estaba de esa manera... Queria que To The Sky fuera un lugar competente y no obstante, el sitio se estaba convirtiendo en un burdel sin clase ni estilo. Wonderland era uno, si, pero al menos alli se dedicaban a eso, era para ello que entrenaban a esos hibridos... Pero en ese cafe no... Se supone que deberian de brindar un buen servicio, digase primeramente por la cafeteria pero recordando cierto incidente con un albino y una tigresa ni un complicado cafe sabian preparar....

En esa clase de situaciones era mucho mejor ni voltear a verle, claro, a menos que fuese algo realmente importante o interesante, o en el extremo de los casos, que se tratara de su pequeña hebras de plata; lo ultimo era casi imposible.

Los empleados le temian, era bueno, pero no se imparcia el orden por mas que intentaba ¡Ah, bonita frustracion! Recargo su mejilla sobre la palma de su mano izquierda y con ese mirar azulino observo a una de sus empleadas -Un cafe negro sin azucar- Fue lo unico que dijo "A ver si eso saben preparar... Ya comienzo a dudar..." Penso observando a la chica que se alejaba para atender su orden...

Mas bien la molesia era consigo mismo, por no poder lograr que sus empleados con bajo coeficiente intelectual llevaran a cabo bien una simple orden sin que se les alborotra la hormona en el proceso y terminaran provocando al cliente para un enrredo y ya... Nisiquiera para una contratacion.
Ese dia no llevaba su gabardina, ni el uniforme que venia vistiendo desde hacia tiempo, ya estaba nefasto de todo... Solamente llevaba su chaleco negro que usaba siempre con su gabardina y un pantalon negro ajustado con botas hasta las rodillas.

Paso los brazos sobre el respaldo del sillon donde se encontraba y recargo igual su cabeza, haciendola hacia atras. -¿Que diantres necesitare hacer para conseguir una mucama o sirviente que sea eficaz?- Se pregunto en voz alta, de entre tanto personal alguien deberia servir... O mejor terminaria buscando en wonderland, igual no eran tan hipocritas en el sitio y lo genial es que al menos hacian bien su trabajo...

por **Aiko** Dom Jul 10, 2011 4:16 pm

Un día de trabajo completamente normal, la clientela era la misma de siempre y por la misma de siempre me refiero a la misma cantidad de personas… Era un poco penoso, pero lamentablemente era así, mientras esperaba a la llegada de un nuevo cliente al cual abordar veía de forma cuidadosa a cada cliente y a cada sirviente/maid que desempeñaba su trabajo, habían veces en que se ponía un poco nerviosa por la torpeza de algunos compañeros, por lo que ella siempre les terminaba ayudando. Su vista siguió viajando de forma relajaba entre cada persona, hasta que sus orbes azules pudieron divisar a una figura completamente conocida… era aquel encargado de cabellera plateada, al cual todos temían menos ella, le respetaba eso sí, pero no le temía. Centró algunos momentos su atención de forma disimulada sobre aquel albino, notando como pedía un café negro sin azúcar, algo completamente sencillo, pero… aquella chica que había tomado la orden se veía realmente sumida en sus nervios, por lo que no dudó ningún segundo en ir detrás de ella hasta la cocina.

Una vez estuvieron dentro se puso al lado de ella para observar como hacía aquella orden… no quería que le regañara y que tampoco pasara un mal rato, por lo que la peli-rosada suspiró de forma suave y tomó con delicadeza el hombro de aquella compañera suya de trabajo – Yo me encargo de ese pedido – Le miró con mucha calma, ante lo cual la muchacha solo asintió con una sonrisa en sus labios a modo de agradecerle, se hizo a un lado para dejarle espacio a Aiko para hacer el pedido mientras ella se iba nuevamente al café a tomar otro pedido. Una vez terminó el café tomó una pequeña cuchara de plata, para probar un poco el café, cuando comprobó que estaba bien, para su gusto claro, dejó la cucharita a un lado, poniendo una limpia al lado de la taza, puso la orden en una bandejita y se encaminó hacia donde estaba el albino. Sus pasos eran calmados y pausados, dando un deje en elegancia en su caminar, era algo obvio, ya que tenía sangre de aristócrata y eso era de lo más normal para ella.

Una vez, llegó hasta el “cliente”, dejó el pedido sobre la mesa, con mucho cuidado tratando de no hacer mucho ruido. Al dejar ya el pedido, tomó la bandeja entre sus brazos y le dedicó una suave reverencia al encargado, pronunciando de forma suave calmada algunas palabras – Que disfrute de su café – Volvió a ponerse derecha mientras inclinaba levemente la cabeza, para volver a su lugar y esperar a algún nuevo cliente, mientras vería de forma disimulada la reacción que tendría el albino con respecto a aquel café.

por **Vergil** Dom Jul 10, 2011 7:00 pm

Vergil Sparda suspiro pesadamente al obervar como la chica abandonaba el lugar para dentrarse hasta la cosina.

Sin duda alguna, su reputacion se habia extendido por el lugar, no estaba muy seguro si los clientes la conocian igual, pero eso no importaba. Lo importante, al menos para el, era que sus empleados ejercieran bien su trabajo, aunque no sabia que en veces por el mismo caracter tan pesado que se carga hacia que los nervios invadieran al personal y ocasionaran estragos por estos mismos.

Al escuchar los pasos acercarse, el demonio recobro la postura para asi, observar a la persona encargada. No obstante, se sorprendio. No porque fuese una persona distinta, sino por la calma y tranquilidad que la chica mostraba, algo contradictorio a como se mostraban los demas frente de el. Miro levemente hacia abajo intrigado ante ese hecho, y lo mejor, la tigresa no estaba finjiendo, pudo saberlo por el tono de voz armonioso que poseia.

¿Quien era? Trataba de recordar el nombre, pero sinceramente eran demasiados no lograba dar con el de la peli rosa, sin duda tenia demasiadas cosas en la mente...

-Gracias-

Fue lo unico que menciono ante el pedido, sin dejar de observar a la joven, aun cuando se retiro... Sin duda, habia acaparado su atencion, quiza por lo mismo ocupado con la administracion del lugar no habia parado a observar atentamente a su personal, o tal vez, solamente se habia enfocado a los torpes y demas... no le dio importancia, tomo la taza por la asa y tomar un pequeño sorbo, no sin antes darle un leve soplido al caliente liquido. Sin duda, un buen cafe...

por **Aiko** Lun Jul 11, 2011 1:16 pm

Un simple “gracias” fue lo que escucho por parte de su “jefe”, le importó mucho es más ya estaba bastante aliviada… y sí, Aiko estaba un poco nerviosa aunque no lo demostrara, hasta se sorprendió de sí misma por temerle un poco a aquel albino, algo raro, pero un poco gracioso para la peli-rosada. Veía de reojo tanto el lugar y la puerta como al encargado del café, había escuchado un par de veces el nombre de la fundadora y antigua encargada, a la cual nunca conoció, una lástima.

Siguiendo en lo suyo, tomó una pequeña libreta y el primer bolígrafo que encontró, dejando la bandejita de plata en otro lado para ahora solo concentrarse en abordar a un cliente y tomar su pedido. A los pocos minutos, ingreso un pequeño grupo de hombres, eran tres para ser más exactos, dos jóvenes y uno de un poco más de edad. Aiko esperó a que estos clientes se acomodaran bien y los fue a atender, notando que se habían ubicado a un par de mesas más allá de donde se encontraba el peli-blanco, rió un poco para sí y atendió con suma naturalidad a sus clientes, tomando sus respectivas órdenes. Una vez anotó todo se reverenció ante ellos y se dirigió a la cocina para preparar las ordenes. Dos tés negros, un café cortado y tres trozos de pastel, algo sumamente sencillo. Preparó con rapidez las órdenes, mientras que con el par de tés y el café hizo el mismo procedimiento que había hecho con el café sin azúcar de antes. Salió de la cocina con una bandeja por obviedad un poco más grande que anterior, con todo el pedido ahí, se dirigió a aquella mesa, mirando de forma disimulada por pocos segundos al albino, dejó la orden en la mesa, con los cubiertos necesarios para finalizar con una pequeña frase.

- Espero que lo disfruten, Aiko a sus servicios – Se presentó a sí misma manteniendo su cabeza inclinada, a los segundos después volvió a quedarse derecha para susurrar ya de forma un poco más suave – Con su permiso – Y se marchó a esperar una nueva orden o esperar a que desocuparan alguna mesa para ir a limpiarla… sin despegar su atención claro de aquel albino, para saber cual era miedo que tanto impartía entre sus compañeros…

por **Vergil** Jue Jul 14, 2011 2:41 am

Sin duda alguna aquella maid era bastante diferente y especial a comparacion de las demas que habia visto en pleno servicio. De reojo, le observaba, sus demoniacos sentidos le ayudaban a saber mas o menos en donde estaba la joven... despues de todo es un predador nato y en el infierno siempre habia que estar alerta, por ende, es que se acostumbro.

¿Quien era? Esa pregunta revoloteaba por su mente. ¿Como es que no era capaz de acordarse? suspiro para tranquilizarse, tal vez era nueva, no habia revisado el registro ultimamente. Puso la mente en blanco, solamente escuchando la musica clasica que dominaba el ambiente, aunque claro, el volumen no era demasiado alto, solo lo indispensable para crear una atmosfera relajante, despues de todo habia uno que otro que, como el (cuando era cliente) iban a leer un rato mientras tomaban un cafe.

Sin duda alguna la bebida que la tigresa le habia servido era un manjar para el paladar, sin exagerar... ¿O seria que los demas no sabian preparar las cosas tal y como sus exigentes gustos lo pedian?
De nuevo se dirigia hacia el, o a lo que parecia, a unas mesas de donde estaba... Y finalmente, escucho, la respuesta que tanto habia estado buscando en su mente...

-"Aiko"...-

Repitio mentalmente. Sin duda era nueva, el nombre no le sonaba. Tenia potencial ¡Ojala todas las nuevas fuesen de la misma manera! y no rompe trastes como las demas. Cuando la chica paso a la altura donde vergil se encontraba, este solamente saco de manera leve su mano para detenerle. Sus frios y azulines orbes se posaron sobre la silueta femina a un lado suyo.

-...-

¿No le salian las palabras? ¿Siendo el tan elocuente y adulador? Hacia mucho que no le pasaba... Como quiera que fuera debia enfocarse mas, ese dia si que estaba bastante distraido.

-Sirveme otro cafe porfavor. De paso, sirvete algo tambien, necesito hablar contigo-

Hablo con voz aterciopelada y sin fruncir el cejo, algo bastante inusual cuando mencionaba esa frase "Necesito hablar contigo" por lo general, eran regaños. Con un ademan de su siniestra, fue como le invito a sentarse, claro, una vez que la felina, cumpliese la orden que habia pedido.

por **Aiko** Lun Jul 18, 2011 11:55 pm

Y la felina seguía ahí en lo suyo, hasta que sin darse cuenta una mano se puso en su camino, paró en seco viendo un poco anonadada aquella mano por delante de su cuerpo, a los pocos segundos dirigió sus ojos azulinos hasta el cuerpo de donde provenía aquel brazo, y no era nada más ni nada menos que su jefe ¿Qué era lo que quería? Otro café debió de suponer que pediría, por lo que simplemente le miró de forma tranquila esperando a sus palabras. Ladeó sin querer un poco su cabeza hacia el lado izquierdo, notando como a aquel ser de cabellos albinos no le dirigió una mísera palabra durante unos buenos segundos, algo bastante raro le había parecido, hasta que finalmente escuchó lo que esperaba, pero con un pequeño agregado más ¿Debía hablar con ella? Y ¿Qué se sirviera algo? Algo raro había ahí, y Aiko no dudaba de ello, no sabía que quería hablar con ella, estaba bastante extrañada, pero mejor decidió dejar sus dudas de lado y cumplir con el pedido que le había hecho. Una vez vio que había retirado su brazo del camino, partió de inmediato hacia la cocina.

Una vez ya dentro del lugar aquellas dudas que se habían formado en su mente… ¿Qué le quería decir? Era la pregunta más recurrente en su pequeña imaginación. Ahora se dedicaba a buscar un par de tazas con sus respectivos pequeños platos, en una de las tazas sirvió agua caliente y en la otra sirvió leche tibia hasta casi dar al tope de la taza en ambas, a la taza que contenía el agua agregó las mismas cucharadas de café que en un inicio, mientras que a la de leche tibia solo agregó una, procedió a tomar una cuchara para probar ambos líquidos y una vez se conformo con lo que había hecho, tomó una bandeja de plata y la limpió, para después poner ambas tazas sobre esta y dirigirse a su destino, la mesa de Vergil-sama. Salió de la cocina con la bandeja apegada a su cuerpo, la sostenía solo con el antebrazo por debajo para finalmente tomarlo por el otro lado con sus dedos.

Al llegar junto a la mesa del albino, primeramente deposito aquella taza de café frente a él, dejándole su correspondiente cuchara al lado, después ella dejó su taza de leche con café. Dejó aquella bandeja en una mesa cercana la cual estaba vacía junto a la taza de antes la cual por obviedad ya estaba vacía, se sentó frente a frente en aquella mesita del café, tomó por entre sus dedos aquella taza mientras se dirigía al ser de ojos azulinos que se encntraba al frente suyo – Y bueno… ¿De qué quería hablar conmigo? Vergil-sama… - Dijo suavemente mientras se cruzaba de piernas con sumo cuidado, ahora viendo fijamente al albino esperando a una respuesta que en lo posible aclarara todas las dudas de la felina pelirosada.

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