Y asi con el lugar -Libre-

por **Vergil** Lun Jul 04, 2011 4:42 pm

Tedio... estar encerrado en el sitio si que le molestaba... No obstante, seguia ali, corrigiendo los errores de los torpes sirvientes y mucamas, aunque ya se estaba cansando. Llevo la diestra hasta su frente para masajearse las sienes, estaba bien tener algo de caracter, pero en ese sitio si que perdia en serio las casillas.

Decidio ir un rato a "Descansar" a la oficina de contratos, seguro se encontraria con algun bufon queriendo contratar a un empleado...

Tomo asiento, en esa silla tan comoda de cuero negro. Cruzo la pierna diestra sobre la izquierda y sus brazos se posaron en el descanso del asiento. Mentalmente hizo un repaso de todos sus deberes. Sentia que estaba olvidando algo... Seguro no deberia tener importancia, claro, de serlo, no se encontraria en semejante estado.

-Si escucho que algo se quebra le dare cien asotes con la fusta al torpe que ocasione algo de la indole-

Internamente pensaba, que Misa, les habia extraido una que otra neurona a los trabajadores del sitio, de momento solo habia encontrado a jovenes torpes... y que tambien, les añadia hormonas de mas a las mucamas, pues siempre, o al menos, la mayoria se les insinuaban a los clientes en el cafe... Ese sitio, realmente estaba acabando con su paciencia, si habia algo que odiaba el incubo, era que las cosas no se hicieran de manera eficaz.

por **Shirou Fubuki** Mar Jul 05, 2011 10:21 am

Era un buen día, no había casi trabajo, por lo que muchos empleados, incluyéndole, estaban esperando la llegada de clientes, después de todo, casi nadie se había presentado.

Había escuchado que el encargado llevaba horas encerrado trabajando. Después de todo, se habían roto, algunas cosas y todos se habían escondido para evitar ser regañados.

-Debe estar cansado…-susurro, mientras miraba hacia la puerta que conducía con el encargado.
Decidió tocar, después de todo, algo debía ofrecérsele a Vergil-sama

Tocando suavemente la puertas al no escuchar ningún ruido hablo-Vergil-sama, no se le apetece algo?…-al no escuchar contestación-Café? te? algo de comer?…-le pregunto.

Mirando la magnifica puerta de madera tallada, la elegancia del lugar se mostraba en todo rincón del establecimiento.

Poniendo una de sus largas orejas de conejo, tratando de escuchar algo, algún ruido, o movimiento.

por **Vergil** Miér Jul 06, 2011 6:34 pm

Paz y tranquilidad.

Sin duda alguna vergil Sparda encontraba ambas cosas que tanto añoraba mientras reprendia a los chicos del cafe en esa lujosa oficina. Estar encerrado sin duda era un buen escape a toda el torpe personal que le rodeaba.
De un enorme librero, con indice y medio, escogio su libro favorito: La divina comedia.

Ironico, compartia el nombre de los protagonistas con su fastidioso hermano menor y aun asi, aquella obra literaria griega era de sumo agrado para el ojiazules.
El tiempo vuela cuando te diviertes, o en su defecto cuando te entretienes en algo, para el demonio, no fue la excepcion.

Sus azulinos orbes se deslizaban a travez de las lineas del libro...Imaginando ante cada palabra el entorno que envolvia a Dante y Virgilio... No le costaba demasiado, pues aquel terrorifico lugar fue antes su hogar.

Apenas si escucho las llamadas a la puerta ¿Seria un cliente? Coloco la tira que el libro poseia como separador, no queria perder la pagina en donde iba (Aunque claro, por mero placer no importaba tener que leer desde el comienzo) pero bien las contrataciones son cortas, de tal manera que podria seguir con lo suyo en corto tiempo.

Escucho la voz, suspirando pesadamente es como se levanta, para asi, dirigirse a largos pasos hasta la fina puerta de madera, tomar la perilla y abrirla.
Con la carecteristica mirada llena de soberbia es que mira al menor.

-... un cafe negro, sin azucar ni leche estaria bien-

Menciono con fivola voz, observando al roedor.

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